Una Navidad diferente
En estas fechas de diciembre, hemos planteado actividades que conectasen con los principios de HxJS ( autoestima, respeto, empatía, colaboración, participación…) y nos “hermanamos” entre clases.
La primera semana los alumnos de 5º y 6º de E. Primaria visitaron las aulas de 3 y 4 años para ayudarles en la elaboración de sus deseos de navidad: dos cd´s como espejo, una percha, un cordón y nuestras palabras bonitas enganchadas a él.
Los alumnos de 5º y 6º valoraron muy positiva su intervención con los más pequeños que estuvieron encantados de contar con la atención individual y cariñosa de nuestros “mayores”.
En las siguientes semanas, el cole “bullía” de actividad:
Nuestros espejos del vestíbulo se convirtieron en árboles de Navidad, nuestros cd´s /espejo colgaron sus deseos….y lo mejor estaba por llegar.
Las clases se hermanaron: teatro, bailes, canciones, cuentacuentos, experimentos…..
Cada clase se hermano con otra de diferente nivel. Se preparó una actividad que regalarse y se la intercambiaron. Todos participaron, entre ellos eligieron la actividad a realizar y se pusieron manos a la obra.
lunes, 21 de diciembre de 2015
martes, 15 de diciembre de 2015
lunes, 7 de diciembre de 2015
Regalos Hermanados en la Rioja
Como parte del proyecto de Escuelas Hermanadas, en nuestro cole para ayudarnos a celebrar alguna fiesta, hemos hermanados las clases, así en Navidad cada clase preparaba un regalo, un cuento, una actividad a su clase hermanada, y esta a su vez le preparaba algo a otra. Aquí os dejamos una pequeña muestra, los más mayores del cole, le prepararon a los más pequeños el cuento del Pez Arco Iris, y los más pequeños a su vez, le regalaron a los más mayores un masajito y le cantaron alguna canción de su "extenso repertorio".
martes, 1 de diciembre de 2015
Resumen de la Jornada de Noviembre en el CEIP M. Núñez de Arenas
Hace unas semanas los animadores socioculturales en formación del IES Barrio de Bilbao compartieron una Jornada en el CEIP Manuel Núñez de Arenas. Como se puede ver en el vídeo estuvieron fantásticos!!!
Se trataba de introducir un pequeño detonante que disparara el proyecto de HxJS. Para hacerlo aparecieron algunos personajes que recorrieron el centro y que al final entregaron un baúl a la directora. Dentro se encontraban retos, objetos, mensajes... El siguiente paso: invitar a los niños y niñas del centro a mirar lo que les rodea con otros ojos: los de la Justicia Social. En ello seguirán durante los próximos meses.
En la jornada nos acompañó un grupo de alumnos de Máster de Educación de la UAM que fue una estupenda ayuda.
Se trataba de introducir un pequeño detonante que disparara el proyecto de HxJS. Para hacerlo aparecieron algunos personajes que recorrieron el centro y que al final entregaron un baúl a la directora. Dentro se encontraban retos, objetos, mensajes... El siguiente paso: invitar a los niños y niñas del centro a mirar lo que les rodea con otros ojos: los de la Justicia Social. En ello seguirán durante los próximos meses.
En la jornada nos acompañó un grupo de alumnos de Máster de Educación de la UAM que fue una estupenda ayuda.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
Actividades en La Rioja
Las alumnas de Educación Infantil del IES Barrio Bilbao estamos convencidos de que resulta vital que los niños aprendan desde pequeños a percibir e identificar las diferencias entre las personas, así como a aceptarlas y respetarlas, para que en un futura puedan enfrentarse sin prejuicios al mundo que les rodea.
En nuestra visita al CEIP La Rioja nuestro objetivo fue hacerles saber que cada uno de ellos, con sus diferencias, son únicos y que el mundo no sería lo mismo sin ellos.
También llevamos con nosotros a Pepita Coletas, quién viaja por todo el mundo conociendo amigos de diversas nacionalidades, y nos enseñó que cada uno ve la vida "en un color diferente".
"Estámos agradecidos y emocionados por compartir nuestro tiempocon los niños,la alegría que mostramos aquellos días fue un reflejo de lo que ellos causan en nosotros."
martes, 17 de noviembre de 2015
miércoles, 11 de noviembre de 2015
La Justicia Social en la Escuela
Construir una
escuela que trabaje para luchar contra las desigualdades y por una mayor
justicia social implica abordar dos elementos interrelacionados; por un lado
que la escuela trabaje desde planteamientos de justicia social (que sea
socialmente justa) y, por otro, que enseñe a sus alumnos y alumnas justicia
social (Murillo y Hernández-Castilla, 2014). En este breve texto abordamos la
segunda. Partiendo de las ideas de Bree Picower (2012), planteamos un proceso
en seis fases para introducir la enseñanza de la Justicia Social en el
curriculum escolar.
Los docentes
proporcionan oportunidades a los estudiantes para que aprendan acerca de
quiénes son y de dónde vienen. Se cultiva un sentimiento de orgullo por su
cultura, sus orígenes y los de su familia, su identidad étnica, su religión, su
tono de piel, su orientación sexual o su género. Se trata de que los alumnos
aprendan sobre su propia identidad y de la historia asociada a ella.
Cuando los alumnos
conocen su propia historia y la de su familia son más capaces de identificar,
deconstruir y visibilizar los estereotipos negativos sobre sus identidades. De
tal forma que sientan que su propia identidad y la de su comunidad no es la
causa de sus problemas, sino un orgullo.
Actividades tales
como hacerse un autorretrato que incluya las características de su cultura y
herencia y mostrarlo orgulloso en el aula, o entrevistar a abuelos y otros
familiares y mostrar con honra lo que son a través de su “libro de los ancestros”,
puede ser útiles para esta fase.
El objetivo de esta
fase es generar un clima de respeto a la diversidad haciendo que los
estudiantes aprendan a escuchar con amabilidad y simpatía las experiencias de
sus compañeros. A veces es tan sencillo como compartir los productos de la fase
anterior. De esta forma, los maestros y las maestras generan oportunidades para
que los estudiantes compartan sus conocimientos acerca de su propio bagaje
cultural con sus compañeros de clase. Los niños y niñas deconstruyen los
estereotipos acerca de las identidades de sus compañeros, y aprenden sobre la
historia, fortalezas y resiliencias de la cultura del otro. Mediante el
desarrollo de la empatía intercultural basada en el conocimiento histórico y
los elementos positivos de las diversas comunidades, los estudiantes pueden
reconocer las luchas compartidas contra la opresión, contribuyendo a eliminar
el conflicto intercultural.
De "celebrar
la diversidad" se evoluciona a analizar cómo ésta ha impactado de manera
desigual en los diversos colectivos de personas. Los y las estudiantes aprenden
sobre la historia del racismo, el sexismo, el clasismo, la homofobia, la intolerancia
religiosa, etc., y analizan cómo estas formas de opresión han afectado a las
diferentes comunidades. Al ayudar a los estudiantes a entender las formas en
que la opresión opera tanto individualmente como institucionalmente, estarán en
mejor posición para entender sus propias experiencias vividas así como para
desarrollar soluciones estratégicas basadas en raíces históricas en lugar de
nocion románticas
o caritativas de
cambio social. Se trata de que los estudiantes busquen relaciones que muestren
cómo las raíces históricas de la opresión impactan en las experiencias vitales
y en las condiciones materiales de las personas en la actualidad.
Un análisis de las
injusticias observadas por los estudiantes en su vida, en los periódicos, en
las calles… puede ser un interesante detonante para iniciar un trabajo sobre
este tema. Desde el análisis de los desahucios, sus causas y consecuencias,
comparando el dinero invertido en ellos y en rescatar a Bancos y autopistas,
pasando por el análisis del terremoto de Haiti, sus consecuencias, la
comparación con otros terremotos en países ricos y su situación actual…, hay
infinidad de detonantes que pueden generar un interesante debate.
Los maestros y
maestras comparten ejemplos de grupos de personas que trabajan juntas hacia los
temas de injusticia social que los estudiantes aprendieron en el punto
anterior. Es importante ayudar a los niños y niñas a entender que no solo
líderes como Mandela, Martin Luther King o Gandhi pueden contribuir a acabar
con las injusticias, también personas corrientes, trabajando juntas, pueden
hacerlo. La idea es pasar a contrarrestar el desánimo y pasividad, de manera
que entiendan que es posible cambiar la sociedad.
Con esta fase se
busca despertar la conciencia de otros estudiantes, docentes, familias y la
comunidad acerca de las injusticias estudiadas. Utilizando medios de
comunicación tradicionales y alternativos, los estudiantes tienen oportunidad
de enseñar a otros acerca de lo que han aprendido sobre estos temas. Ello
permite que se apasionen con lo analizado y se conviertan en agentes de cambio
mediante su trabajo de sensibilización hacia otros estudiantes, docentes,
familiares y miembros de la comunidad. La elaboración de boletines, periódicos
murales, carteles, blogs, twiter, facebook, videos… son un medio para lograrlo.
Como último
elemento, es importante reconocer que, si bien la sensibilización es un
precursor necesario e importante para la acción, por sí misma no se traduce en
cambio.
De la teoría a la
acción. Una cosa es aprender en libros, periódicos y videos acerca de los
movimientos sociales y difundir esa información, y otra contribuir activamente
a luchar contra las injusticias. Así, en esta fase, se aportan oportunidades
para actuar sobre cuestiones que afectan los estudiantes y sus comunidades.
En este elemento,
los estudiantes identifican los problemas sobre los que sientan pasión y
aprenden las habilidades para comenzar a cambiarlos. Es posible los estudiantes
de menor edad no puedan acabar con el trabajo infantil en todo el mundo, lo que
se busca es que están concienciados y posean los conocimientos y capacidades
necesarias para que en el futuro formen parte de movimientos sociales que
puedan acabar con esa lacra.
Murillo, F.J. y
Hernández-Castilla, R. (2014). Liderando Escuelas Justas para la Justicia
Social. Revista Internacional de Educación para la Justicia Social (RIEJS),
3(2), 13-32.
Picower, B. (2012).
Practice what you teach: Social justice education in
the classroom and the streets. Londres: Routledge.
Hay palabras que de
tanto ser usadas se gastan, pierden su significado original para convertirse en
expresiones huecas, meras coletillas vacías que poco aportan. Justicia Social
es una de ellas: de tanto ser manoseada ya ni sabemos qué significa.
Quizá sea porque no
tiene un significado esencial sencillo: está embebido en discursos
históricamente construidos de marcado carácter ideológico no exento de
conflicto (Rizvi, 1998). Así, hacemos nuestra la propuesta de Griffiths (2003)
que invita a pensar la “Justicia Social como verbo” (p.55); es decir, un
proyecto dinámico, nunca completo, acabado o alcanzado “una vez y para todos”,
siempre debe estar sujeto a reflexión y mejora (Murillo y Hernández-Castilla,
2011).
Aunque no resulta
muy académico definir por contraposición, queremos empezar distanciando
Justicia Social de otros términos con los que frecuentemente se ha asociado y
que han llevado a un concepto espurio de Justicia Social. Para nosotros
Justicia Social:
1. No es sólo
Derechos Humanos. La dignidad de las sociedades implica el estricto
cumplimiento de todos y cada uno de los derechos humanos, y una de las primeras
obligaciones de los poderes públicos es garantizarlo. Pero no nos engañemos, es
un punto de partida necesario, no un fin. Una sociedad justa es mucho más.
2. No es Igualdad
de Oportunidades. Difícilmente podemos quedarnos satisfechos con una sociedad
en la que cualquier persona tenga las mismas oportunidades para ser pobre o
rica (incluso si esta igualdad de oportunidades no fuera, como lo es en la
actualidad, una falacia) (Dubet, 2011). Triste sociedad es aquella en la que
uno de cada tres niños están en riesgo de pobreza mientras que algunos guardan
sus abultados depósitos en paraísos fiscales.
3. No es sólo
distribución equitativa de bienes. Sin desvalorizar un ápice este elemento, en
la actualidad existen muchas discriminaciones por razón de género, capacidad,
cultura, origen étnico y orientación sexual, insostenibles en una sociedad
justa. Conceptos como el reconocimiento o la participación no son accesorios.
4. No existe sólo
dentro de un Estado-Nación. No solo se debe globalizar el dinero, también la
justicia. Difícilmente podrá haber Justicia Social en un mundo donde las verjas
con concertinas separan los que tienen mucho de quiénes nada poseen (Fraser,
2008).
Pero no nos
quedamos ahí. A pesar de reconocer explícitamente la dificultad de su
definición, en parte por su carácter claramente “político” en sentido freiriaro
(la concepción envolvente del mundo y del ser humano), creemos que es necesario
remangarse la camisa y ponerse manos a la obra para aportar un poco de
claridad.
En coherencia con
la filósofa nortamericana Nancy Fraser (2008), entendemos la Justicia Social
desde una pe2
Social como
Redistribución, como Reconocimiento y como Representación. A la misma
llamaremos el enfoque de las tres “R”).
Estas tres
dimensiones son mutuamente interdependientes, están entrelazadas y se conjugan
para la comprensión de la Justicia Social como noción multidimensional y
compleja:
ü Justicia social
como Redistribución. Basada en los planteamientos canónicos de Rawls (1971) que
entiende Justicia Social como distribución -o redistribución- equitativa de
bienes primarios. Un concepto que se nutre de los aportes de Aristóteles y
sigue con Ulpiano y Tomás de Aquino, pasando por Hegel y Marx, en la idea de “a
cada uno según sus necesidades”. Es decir, con una meta igualitarista mediante
un proceso de desigualdad (dar más a quien por sus condiciones o su situación
de partida más lo necesita). Desde esta dimensión, asumimos que las
instituciones deben tratar de forma diferente a las personas para compensar las
desigualdades creadas por razón de género, clase social, capacidad, cultura,
origen, elección sexual…
ü Justicia social
como Reconocimiento. Se entiende como la ausencia de dominación cultural, no
reconocimiento e irrespeto de cualquier persona. Se busca la valoración social
y cultural de todos los individuos, así como de los diferentes modos de ser,
hacer y pensar (Benhabib, 2006; Fraser y Honneth, 2003; Honneth, 2007; Taylor,
2003).
ü Justicia social
entendida como Participación y Representación. Hace referencia a la creación de
las condiciones adecuadas para la plena participación en la vida social de todos,
especialmente para aquellos que han sido tradicionalmente excluidos (Fraser,
2008; Young, 2000a, 2011).
Como complemento,
nos gusta la idea de la profesora Iris Marion Young (1990b) que define la
Justicia Social como la ausencia de opresión en la estructura social y las
instituciones. Y concreta este concepto de opresión en cinco dimensiones (las
cinco caras de la opresión): explotación, marginación, carencia de poder,
imperialismo cultural y violencia.
Esta concepción de
la injusticia como algo estructural no es incompatible con la responsabilidad
personal por la justicia; todos y todas en el ámbito educativo tomamos pequeñas
o grandes decisiones que no siempre son justas, o somos testigos de situaciones
injustas y las permitimos con mayor o menor indiferencia. Trabajar por la
Justicia Social empieza desde las decisiones propias, sigue en la denuncia y
trabajo en las situaciones injustas más cercanas, y proyecta la lucha contra
las injusticias estructurales.
Si la educación
quiere contribuir a la construcción de una sociedad más justa necesita abordar
las tres dimensiones de la justicia (las tres Rs) tanto en el diseño de las
políticas educativas, como en el funcionamiento y organización de las escuelas
y en el currículo implementado en las aulas. rspectiva multidimensional
conformada por tres dimensiones: Justicia
Young, I.M. (2011).
Responsabilidad por la justicia. Madrid: Paidós.
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